El Rojo empató con Central y la gente estalló contra la dirigencia y los jugadores; el conjunto dirigido por Claudio Graf
El Independiente de Graf igualó con el Central de Tevez en un partido flojo. La cancha explotó contra la dirigencia y silbó a los jugadores.
Graf apostó por poner a los jugadores que habían entrado bien contra la Academia: Pozzo y Fernández. El juvenil surgido de la cantera fue el más desequilibrante, pero no alcanzó para maquillar las dificultades que tiene el Rojo para generar fútbol. Con un Soñora apagado, el local, que atacó con un 4-2-3-1 que mutaba a un 4-4-2 ante la pérdida de la pelota, se deshilachó con el correr de los minutos. El Perro Romero, Pozzo y Fernández tuvieron situaciones que no pudieron aprovechar en el arranque del encuentro. Central se salvó y creció: Sosa tuvo que exhibir sus reflejos para ahogarles gritos a Candia e Infantino.
En el complemento, ambos equipos se arrimaron, pero generaron poco peligro. Fueron conjuntos inermes, con la particularidad de que el que estaba más obligado a ganar era el Rojo por ser local y porque ya lleva cuatro encuentros sin victorias. En definitiva, se trató de un segundo tiempo de vuelo muy bajo. La más clara fue un disparo de Ferreyra sobre el final. Los hinchas intentaron respaldar a los futbolistas en el tramo final del partido: en ese momento sólo se escuchó aliento. Sin embargo, se respiraba tensión. El equipo cayó en la impotencia y no pudo desactivar la bomba de tiempo que estalló una vez que el árbitro, Yael Falcón Pérez, decretó el final.
Con orden, mucho sacrificio de los volantes y delanteros para retroceder y plantado siempre en bloque, el Central de Tevez se llevó un punto de Avellaneda. “¡A ver si te das cuenta que no te quiere nadie!”, le cantaron los hinchas a Moyano. Independiente arde.