Racing se presentó en el Cilindro de Avellaneda para afrontar su compromiso ante Lanús, por la quinta fecha de la Liga Profesional. El conjunto de Fernando Gago inició el pleito con una actitud agresiva frente a una de las sensaciones del torneo doméstico, que llegó al Presidente Perón con puntaje ideal y la esperanza de quedar como único líder del certamen.
La técnica individual de Matías Rojas fue la principal herramienta de la Academia para exigir a Lucas Acosta, quien en cada pelota parada adversa respondió con seguridad y solvencia. Otro de los recursos del combinado liderado por Pintita fue la velocidad de Johan Carbonero, quien por el sector izquierdo lastimó a la última línea del Granate. Incluso llegó a festejar un tanto que fue correctamente anulado por una posición adelantada.
El grito local llegó a través de su mejor hombre. El volante paraguayo que curiosamente aún no renovó su contrato con la institución, capturó una pelota entre la medialuna del área grande y el círculo central y sorprendió al arquero con un violento remate que se desvió en Tomás Belmonte. Como el trayecto del disparo tomó un recorrido imposible de alcanzar para Acosta, el ex Belgrano sólo atinó a observar cómo se gestaba la obra del virtuoso volante guaraní.
Antes del descanso Racing tuvo otra clara oportunidad para extender la diferencia. La presión de Maxi Romero generó una dubitativa salida del fondo de Lanús y Rojas no logró capitalizar el grosero error de Felipe Aguilar en complicidad con José Canale. Sin dudas, los insultos del técnico local se remitieron a la accesibilidad que le había entregado su rival para celebrar el segundo.
Si algo le faltaba para sumar bronca a Gago, fue el inesperado gol que marcó Raúl Loaiza en los últimos movimientos previos al entretiempo. Fue a través de una acción fuera de contexto, en la que el volante colombiano fusiló a Gabriel Arias después de algunas desinteligencias defensivas de los locales. Las desatenciones de la última línea en la pelota parada tuvo un precio demasiado caro para la Academia.
En la reanudación del choque el estratega albiceleste reemplazó a Matías Rojas por Gabriel Hauche, una variante que llamó la atención por el gran rendimiento que venía demostrando el paraguayo.
En el complemento los protagonistas continuaron con un ritmo vertiginoso de ida y vuelta. Un tiro libre peligroso ejecutado por Gonzalo Piovi que Felipe Aguilar desactivó sobre la línea pudo derivar en el segundo gol de los dueños de casa. En tanto que Raúl Loaiza continuaba desprendiéndose en el ataque con la libertad que le permitían los defensores locales y también despertaba varias preocupaciones en Arias.
Fue Gonzalo Piovi el encargado de volver a poner a Racing en ventaja. El defensor central expuso toda su jerarquía para anticipar en la mitad de la cancha y asociarse con Jonathan Gómez, quien recibió una peligrosa infracción en el borde del área grande. Desde allí, el ex Gimnasia apeló a su notable pegada para colgarla del ángulo y hacer delirar al Cilindro. Su ovación fue justa y merecida.
A partir de ese momento, los de Frank Darío Kudelka reaccionaron y llevaron el pleito a la zona de Arias. Sin embargo, la ausencia de profundidad atentó contra los deseos del Grana y Racing logró su primer triunfo como local en el certamen. La Academia superó una dura prueba en su cancha, aunque todavía debe seguir corrigiendo errores para evitar el sufrimiento innecesario.