La Confederación General del Trabajo (CGT) encabezó una multitudinaria movilización de trabajadores para reclamar cambios en la política económica del Gobierno y lanzó un paro nacional para fines de marzo o principios de abril pero sin ponerle fecha, lo que provocó reclamos, corridas e insultos.
Mientras la oposición tuvo expresiones de apoyo a los reclamos sindicales y acompañamientos a la marcha, desde el Gobierno y el oficialismo se criticó la movilización por su motivación “polìtico-electoral”, aunque volvieron a llamar a una mesa de diálogo.
Tras los discursos de los tres secretarios generales que conducen la CGT, Carlos Acuña, Oscar Schmid y Héctor Daer, en ese orden, y ante la falta de definición de la fecha del paro general de 24 horas anunciado, se iniciaron incidentes, con corridas, insultos y desórdenes entre un grupo que pedía una fecha concreta y algunos sindicalistas, como Pablo Moyano, que debió ser defendido por militantes de Camioneros ante ataques de grupos que se reivindicaban como kirchneristas.
La tensión que hubo en el acto se evidenció sobre todo cuando Héctor Daer dio su discurso, el que fue abucheado en varias partes, sobre todo cuando no le puso fecha a un paro nacional, y hasta cometer el furcio de que la huelga general se haría “antes de fin de año”.
El mismo Daer vivió momentos de zozobra antes de que sus custodios lo refugiaran en el hall de la sede de la Federación de Empleados de Comercio, ubicada en Diagonal Sur, a pocos metros del palco del acto central.
La zona del palco terminó copada por esos grupos violentos identificados con el kirchnerismo, y hasta la avenida 9 de Julio, desde la Diagonal Sur, siguieron los incidentes, con corridas y empujones.
Luego de que se calmaran los ánimos en la calle, Daer responsabilizó “a gente del municipio de Berazategui” por los disturbios que marcaron el final del acto y, en declaraciones a la prensa, aseguró que “lo que buscaron fue enturbiar” la movilización.
Mientras transcurría el acto cegetista, el jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, salió al cruce de la protesta por medio de su cuenta de twitter, donde sostuvo: “Creemos firmemente que hay mucho trabajo por realizar y que el diálogo constructivo da sus frutos; las puertas están abiertas”.
Peña agregó que “lamentablemente, este año la política electoral se está mezclando con la agenda de trabajo que tenemos que hacer en conjunto”, y recordó que “desde el primer día planteamos que a través del diálogo y trabajando con los gremios íbamos a poder mejorar la realidad de los trabajadores”.
Por su parte, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, afirmó que el diálogo es el camino para solucionar los problemas de los trabajadores: “para alcanzar soluciones como lo hicimos desde un comienzo, trabajando en conjunto e impulsando medidas como la modificación del impuesto a las ganancias, la reparación histórica para los jubilados, la actualización de las asignaciones familiares y la creación de la cobertura universal de salud”.
En esa línea, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, declaró que la movilización de la CGT “fue importante” y demostró que “todos tenemos que trabajar juntos para crear empleo y bajar la inflación”.
Pinedo, en diálogo con Télam, opinó: “Sería bueno que una organización tan importante como la CGT acuerde con el Gobierno en una mesa de diálogo para resolver estos temas antes de pensar en cualquier paro”.
Más duro se mostró el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, según quien en la marcha de la CGT de hoy no se escuchó propuesta alguna por parte de los sindicalistas.
El presidente del bloque de diputados nacionales de la UCR y del interbloque Cambiemos, Mario Negri, fue incisivo: “El kirchnerismo en pleno estaba en la marcha de la CGT”, y lamentó que “hace un año entregaban la Argentina fundida y ahora piden una justicia social que no supieron conseguir cuando el país crecía a tasas chinas”.
Los tres integrantes de la conducción de la CGT, Carlos Acuña, Juan Carlos Schmid y Daer, fueron los únicos oradores de la movilización a la sede del Ministerio de Producción.
El primero en hablar fue Acuña, quien advirtió: “Si el gobierno no da respuesta, esta CGT le va a poner fecha a un paro nacional antes de fines de marzo o a principio de abril”.
El segundo orador fue Schmid, quien dijo: “Si no podemos construir un diálogo sólido, vamos a volver a tropezar con los mismos problemas que nos llevaron a la pobreza”.
El último orador, Daer, expresó: “Vinimos a decirle al Gobierno que no estamos de acuerdo con su política económica ni social. Cada vez los que menos tienen son lo que peor la pasan”.
La interna que vive el PJ bonaerense se vio reflejada hoy durante la marcha de la CGT, a la que acompañaron orgánicamente, pero desde distintos puntos de encuentro.
El grupo Fénix eligió un hotel, los Esmeraldas una esquina y el ex ministro de Interior y Transporte Florencio Randazzo, que esta semana dio señales de que será candidato en los comicios de este año, la libertad de caminar por la avenida Belgrano para hablar con trabajadores, dijo a Télam su vocero.
Minutos antes de que comenzaran los discursos, el ex jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner, Aníbal Fernández, fue impedido de acceder al palco, cuando intentó ingresar junto a un grupo de personas.
El ex candidato a gobernador bonaerense intentó acceder al palco, pero fue retirado del lugar por personal de seguridad que había dispuesto allí la central obrera.
El ex funcionario kirchnerista, molesto, intentó disuadir a los custodios del lugar, que con buenos modos lo invitaron a retirarse hacia otro sector.
La izquierda participó también de la marcha, pero protestó porque los dirigentes de la central obrera no le pusieron fecha a un paro nacional.
En una columna del sindicalismo combativo, el dirigente del Frente de Izquierda Nicolás del Caño sostuvo: “Ya van dos días seguidos de movilizaciones masivas y exigencia de paro general, no se puede seguir haciendo oídos sordos como hoy nuevamente hace la CGT”.
La movilización cegetista no contó con la unanimidad de sectores históricamente afines a la central obrera, como las 62 Organizaciones, que lidera el ruralista Gerónimo Venegas, que acusó hoy a la CGT de “oportunista y desleal”, y repudió la forma en que la central obrera convocó “a una movilización que pone de manifiesto su debilidad”.
En un comunicado, el nucleamiento político-sindical señaló: “Para concretar la movilización de hoy”, la CGT “tuvo que acudir a partidos políticos oportunistas, movimientos sociales y un rejunte de expresiones que nada tienen que ver con el movimiento obrero organizado”.
En el mismo sentido, la Confederación Argentina de Trabajadores de Hidrocarburos y Energía (Catheda) se manifestó en contra de la movilización y planteó “es momento de agotar todas las instancias del diálogo”.
Catheda, en un comunicado, marcó distancias con la conducción cegetista y manifestó su desacuerdo con el momento elegido para sacar la protesta a la calle, con las firmas del titular del gremio de los petroleros estatales, Antonio Cassia; del secretario general del gremio de los trabajadores del gas, Oscar Magrone, y del jefe del gremio de los trabajadores jerárquicos del gas, Ricardo Serafini.
Por su parte, el titular del gremio de los taxistas, Omar Viviani, y los casi cincuenta sindicatos agrupados en el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), junto al ferroviario Sergio Sasia, tampoco participaron hoy de la movilización, aunque emitieron un comunicado de adhesión.